lunes, marzo 13, 2006

Comentarios

I could be bound in a nutshell
and count myself a king of infinite space
Hamlet

Pido disculpas formales: activé la "moderación de comentarios" pensando que se trataba, entre otras cosas, de la posibilidad de editar faltas de ortografía en mis propios comentarios... pero evidentemente, no era eso. Para complicar las cosas, Blogger lleva una semana dando palos de todo tipo: cuando me di cuenta del problema, tampoco pude entrar en la página de moderación para ir publicando los comentarios pendientes. Ya están publicados todos, excepto un par de comentarios que estaban repetidos (pero la primera copia ya está también publicada). Al parecer, un cambio en la base de datos o en la aplicación de Blogger es la causa del caos, según la página de información de estado del propio Blogger.

El único sentido que tiene este formato de bitácora es, precisamente, que se pueda practicar la libertad de expresión. El único límite es el que marque la ley, y por suerte, no estamos debatiendo tópicos tan complicados. Es cierto que incluso hay esclavos que se sienten libres. ¿Cómo saber entonces si realmente uno lo es? Muy simple: camina. Cuando tropieces, aunque no veas con qué has tropezado, ahí hay una pared. Quizás todos estemos rodeados de paredes... pero hay paredes en habitaciones asfixiantes y hay paredes en la suite presidencial de un hotel, ¡y vaya si hay diferencias! Además, en unos casos, el propósito de la pared será evitar que te caigas de la vigésimo quinta planta del hotel. Pero en ese caso, se suele poner un balcón, o una ventana para mirar lo que hay al otro lado...

... quiero decir, antes de seguir complicándome con el símil, que no fue con una pared con lo que pudo tropezar la semana pasada. Lo que pasó es que hice obras y se me olvidó retirar un tabique...